Prototipos muy locos, la mayoría diseñados en los años noventa. Prototipos para todos los gustos. ¿Sabías que BMW nos mostró su visión de un “Caterham Seven” con un motor de motocicleta que subía hasta las 8.000 rpm? Eso no es todo. En esta recopilación os mostraremos descapotables todoterreno, coupés ultraligeros, monovolúmenes eléctricos con trasera estilo Prius, coupés con “alas de gaviota”, un Z3 con motor V12 e incluso un gran SUV, un BMW X5, con el motor V12 de un prototipo que venció en Le Mans. Hubo un tiempo en el que BMW trabajó en el desarrollo de los prototipos más bestias y descabellados que jamás hubieras podido imaginar, especialmente desde el departamento de BMW Technik GmbH, que se encargó de obsequiarnos con piezas únicas como las que veremos en esta recopilación.
El Caterham nonato de BMW
El primero que ilustra esta recopilación, de haber llegado a producirse, hubiera hecho las delicias de los amantes de la velocidad. Imagínate un BMW ultraligero, siguiendo el concepto de Caterham, del Seven, con apenas 550 kilogramos y un motor de 100 CV. Hubiera sido tan rápido como un BMW M3 E36 de la época. Y no solo eso, el BMW Z21, el prototipo que ves más arriba, no utilizaba un motor cualquiera, sino el corazón de sus motocicletas, un cuatro cilindros de la BMW K 1100 que cortaba sobre las 8.000 rpm.
En 1995 BMW ya había inventado el concepto descapotable-todocamino
De locos. Hoy en día estamos curados de espanto, hemos visto crossovers de todos los tipos, incluso algún que otro descapotable. Pero imagínate lo que debieron pensar allá por los noventa los que se encontrasen con este prototipo basado en los Z, los roadster de BMW, con pasos de rueda sobredimensionados, unas suspensiones extremadamente altas y neumáticos de campo. Y a pesar de todo bajo su capó equipaba un V8 de 355 CV y tracción a las cuatro ruedas.
El “alas de gaviota” de BMW
Aunque ellos fueran los que popularizasen este peculiar diseño de puertas, las “alas de gaviota” no son exclusivas de Mercedes y el DeLorean. El polémico Chris Bangle, que durante una época dirigió el devenir estético de BMW, se encargó de idear un coupé deportivo de aluminio que recurría a un sistema tan exótico como son las puertas de tipo “alas de gaviota”.
Un coupé muy ligero y rápido, un anticipo técnico del i8
Sin salirnos de los Z, BMW también abogó por este prototipo de deportivo que para el profano puede parecer un BMW Z3 Coupé mal tuneado. Detrás de su fachada, de sus puertas de tijera y otros detalles muy exóticos, el BMW Z29 contaba con un seis en línea, con un trabajo de aligeramiento que llevó a sus creadores a conseguir 1.160 kilogramos sobre la báscula (más ligero que el M3 y el Z3 Coupé de la época) y unas prestaciones de infarto: 0 a 100 km/h en 4,4 segundos y una punta en 270 km/h. Con una construcción en aluminio y fibra de carbono, este prototipo bien podría considerarse un anticipo de lo que unas décadas después conoceríamos en el nuevo BMW i8.
Un mini-monovolumen eléctrico con trasera “estilo Prius”
Hoy en día no vamos a rasgarnos las vestiduras porque BMW haya lanzado un monovolumen, porque sea de tracción delantera o porque utilice motores de tres cilindros. Pero ya en 1991, BMW había concebido la idea de un pequeño compacto, con proporciones prácticamente de monovolumen, con motor eléctrico, trasera Kammback (estilo Toyota Prius) y una excelente distribución del espacio. Hubiera sido un adelantado a su tiempo, como lo fue el Audi A2, pero BMW optó por no lanzarlo y esperar a que dos décadas después llegasen modelos como el BMW i3 y el nuevo BMW Serie 2 Active Tourer.
El origen de los Serie 3 GT y Serie 5 GT, era un laboratorio rodante
Hoy en día tampoco nos sorprende cómo BMW ha trabajado el diseño de dos berlinas, el Serie 3 y el Serie 5, para transformar a un sedán en un atípico familiar, con carrocería tirando a crossover y tirando a monovolumen, y detalles de coupé. Los modelos Serie 3 GT y Serie 5 GT son bastante peculiares, hay que reconocerlo, pero nada que ver con este prototipo del 99. Era tan largo como un Serie 3 de la época, pero en habitabilidad y espacio superaba los registros conocidos hasta aquella época. Además era ahorrador, gozaba de un motor de gasolina de cuatro cilindros que lograba consumos en torno a los 6 litros/100 kilómetros. Y, por si no fuera poco, gozaba de tecnologías tan curiosas como un sistema de arranque mediante reconocimiento por huella dactilar, ¡como un iPhone de última generación!
El BMW Z3 con motor de doce cilindros en uve
Un swap muy loco. Imagínate un roadster muy compacto y ligero equipado con un motor brutal, con un V12 heredado de las berlinas y los coupés más grandes de la marca. Hemos visto injertos de todo tipo, pero lo de montar un V12 en un Z3 nos parece – sinceramente – traspasar demasiadas líneas rojas. El prototipo permaneció durante años escondido en los talleres de BMW y no hará falta que te diga que jamás llegó a existir un Z3 de doce cilindros. En su lugar, BMW abogó por un Z3 M realmente rápido y deportivo, pero dotado de un motor más pequeño, racional y, sobre todo, ligero, un seis en línea.
Un todocamino con halo de superdeportivo
Hoy en día tampoco nos sorprendemos de que un todocamino intente batir récords en Nürburgring o que ofrezca prestaciones dignas de un buen deportivo. En 2001 se presentaba el BMW X5 Le Mans, un gran todocamino con motor V12 y 700 CV de potencia. Y no utilizaba un motor cualquiera, sino el mismo con el que BMW venció en Le Mans en 1999. Hace muy poco conocíamos al Range Rover Sport SVR, el que se autodenomina como el SUV más rápido de la faz de la Tierra con un tiempo de 8 minutos y 14 segundos en Nürburgring. Pero, ¿sabías que este prototipo ya consiguió marcar 7 minutos y 50 segundos hace más de diez años? La gran diferencia está en que el X5 Le Mans jamás llegaría a los concesionarios.