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La historia de BMW M (I)
Una de las divisiones preferidas por los amantes del automóvil es BMW M, fundada en Munich en el año 1972. Es un fabricante alemán de automóviles y motos, cuya sede central se encuentra en Múnich, Alemania. Actualmente BMW es una de las marcas líderes.
Sus subsidiarias son Mini y Rolls-Royce, y se establece como compañía Aktiengesellschaft (Sociedad anónima). Recordarás que actualmente BMW está aliada con la empresa china Brilliance Auto, con la que comparte tecnología pero no diseño.
La Historia de BMW M.
Desde 1993, la empresa se llama BMW M GmbH, Gesellschaft für individuelle Automobile. El nombre ha cambiado, pero el espíritu de sus modelos no: combinan a la perfección la tecnología de los automóviles de competición con el pragmatismo y comodidad cotidianos.
A partir del año 1972 BMW M desarrolló una serie de modelos que marcaron un antes y un después en la historia del Mundo. Un año más tarde surgieron los primeros modelos de carreras, el primero era un 2002 de 950 kilos, con un motor de gasolina tetracilíndrico de dos litros pensado para correr. Tenía 240cv.
Después apareció el primer coupé-touring. Se llamaba 3.0 CSL. Tanto las puertas, como el capó y el portón estaban fabricados de aluminio, mientras que la caja de cambios era de cinco velocidades manual. Era rápido y pesaba 1.092 Kg. Equipaba un motor de seis cilindros y 3.340 cc y 360cv.
En 1974 nace el primer BMW Serie 5: Había versiones 530i, 533i y 535i. De hecho, estos automóviles eran superiores a sus hermanos de serie y los preferidos por los amantes. Las suspensiones y los frenos habían recibido mucho cariño especial por parte de los ingenieros de BMW.
Los ocupantes disponían de cuatro plazas y unas altas prestaciones que revolucionaron el mundo del deporte del automovilismo en razón a su sofisticada tecnología. El diseño del Serie 5 gustó mucho en general, con unos interiores de calidad por aquella época.
1978: El BMW M1: Los ingenieros estuvieron pensando en un nuevo modelo más deportivo y potente. El siguiente proyecto que se adueñó en los despachos de BMW Motorsport fue el primer automóvil de competición NO basado en un modelo normal de serie, el M1.
En un principio su desarrollo sólo estaba destinado para el Campeonato Silhouette del Grupo 5 de la FIA, pero más adelante decidieron llevarlo a producción con unas 400 unidades disponibles. El ingrediente para triunfar era un motor central que sólo medía 1,14 metros de altura.
De este modo, era el primer coche en llevar la denominación de origen M. Incorporaba un motor de gasolina con 277 cv y su precio era de 100.000 marcos. La demanda era tal, que fue el deportivo de calle más rápido fabricado en Alemania por el momento.
Este BMW alcanzaba una velocidad máxima de 264,7 km/h y una aceleración de 0-100 en menos de 7 segundos. Se convertia por tanto, en el coche más veloz y más “tragón” de BMW M. El consumo estaba sobre los 28 litros a los 100 kilómetros.
A partir del año 1972 BMW M desarrolló una serie de modelos que marcaron un antes y un después en la historia del Mundo. Un año más tarde surgieron los primeros modelos de carreras, el primero era un 2002 de 950 kilos, con un motor de gasolina tetracilíndrico de dos litros pensado para correr. Tenía 240cv.
Después apareció el primer coupé-touring. Se llamaba 3.0 CSL. Tanto las puertas, como el capó y el portón estaban fabricados de aluminio, mientras que la caja de cambios era de cinco velocidades manual. Era rápido y pesaba 1.092 Kg. Equipaba un motor de seis cilindros y 3.340 cc y 360cv.
En 1974 nace el primer BMW Serie 5: Había versiones 530i, 533i y 535i. De hecho, estos automóviles eran superiores a sus hermanos de serie y los preferidos por los amantes. Las suspensiones y los frenos habían recibido mucho cariño especial por parte de los ingenieros de BMW.
Los ocupantes disponían de cuatro plazas y unas altas prestaciones que revolucionaron el mundo del deporte del automovilismo en razón a su sofisticada tecnología. El diseño del Serie 5 gustó mucho en general, con unos interiores de calidad por aquella época.
1978: El BMW M1: Los ingenieros estuvieron pensando en un nuevo modelo más deportivo y potente. El siguiente proyecto que se adueñó en los despachos de BMW Motorsport fue el primer automóvil de competición NO basado en un modelo normal de serie, el M1.
En un principio su desarrollo sólo estaba destinado para el Campeonato Silhouette del Grupo 5 de la FIA, pero más adelante decidieron llevarlo a producción con unas 400 unidades disponibles. El ingrediente para triunfar era un motor central que sólo medía 1,14 metros de altura.
De este modo, era el primer coche en llevar la denominación de origen M. Incorporaba un motor de gasolina con 277 cv y su precio era de 100.000 marcos. La demanda era tal, que fue el deportivo de calle más rápido fabricado en Alemania por el momento.
Este BMW alcanzaba una velocidad máxima de 264,7 km/h y una aceleración de 0-100 en menos de 7 segundos. Se convertia por tanto, en el coche más veloz y más “tragón” de BMW M. El consumo estaba sobre los 28 litros a los 100 kilómetros.
